¿Cómo apoyar a un ser querido con Disfagia?

En artículos anteriores, hemos abordado lo qué es la disfagia, sus síntomas, evaluación y tratamiento. En esta ocasión, queremos ofrecerte consejos prácticos para manejar y apoyar a quienes enfrentan esta condición. Hablaremos sobre la importancia de la comunicación, en qué aspectos se debe prestar atención, cómo cuidar la salud mental, las posturas adecuadas, el manejo del entorno, entre otros temas.

Recuerda, no estás sola o solo en esto. Con el apoyo adecuado y la información adecuada, puedes ayudar a tu ser querido a enfrentar la disfagia con valentía y determinación.

Reconociendo las dificultades emocionales y psicológicas:

  • Frustración y ansiedad: Es natural sentirse frustrado o ansioso al ver a un ser querido luchar con la disfagia. La incapacidad para disfrutar de las comidas o el miedo a los atragantamientos pueden generar una carga emocional significativa.
  • Sentimientos de culpa: Algunos acompañantes pueden experimentar sentimientos de culpa, preguntándose si podrían haber hecho algo para prevenir la disfagia o si están haciendo lo suficiente para ayudar.
  • Aislamiento y depresión: La disfagia puede limitar las actividades sociales y la participación en eventos relacionados con la comida, lo que puede llevar a sentimientos de aislamiento y depresión tanto en la persona afectada como en sus acompañantes.

¿Cómo superar las dificultades?

  • Educación y comunicación: Informarse sobre la disfagia y sus desafíos es fundamental. Habla con los profesionales de la salud, cómo por ejemplo Fonoaudiólogos, Deglutólogos y/o Médicos, para comprender mejor la condición y manejarla de manera efectiva.
  • Apoyo mutuo: Busca grupos de apoyo o comunidades en línea donde puedas compartir experiencias y obtener consejos de personas que están pasando por situaciones similares. Sentirte comprendido y apoyado puede marcar una gran diferencia.
  • Adaptaciones prácticas: Realiza modificaciones en la dieta y el entorno para hacer más fácil y segura la alimentación. Esto puede incluir cambios en la textura de los alimentos, el uso de utensilios especiales o la implementación de técnicas de alimentación segura.